El objetivo de la Escuela es ofrecer una enseñanza idónea en la formación de facilitadores de Biodanza tanto para la conducción de grupos libres como para impartir clases en Instituciones educacionales, hospitalarias y de asistencia social.
Además, ofrecer sesiones semanales a cargo de profesores titulados, dirigidas a jóvenes y adultos.
SOMOS
Directores Escuela Biodanza Viña del Mar
Con conocimientos y estudios en Historia e Historia del Arte, en Tai Chi, Kung Fu, Danza Árabe, pintura y expresión corporal, Ana María Westwood, quien desde pequeña se interesó en nutrir y desarrollar los distintos aspectos del Ser humano, se encontraba en la búsqueda de un sistema que unificara el desarrollo personal con la unión del cuerpo, la mente y su conexión espiritual.
Durante años se dedicó al trabajo con grupos de mujeres, entregando a ellas y sus familias todos los conocimientos que había adquirido y experimentado a lo largo de su vida.
Es entonces, en esta necesidad de sistematizar sus conocimientos que en el año 1998 conoce la Biodanza y a Rolando Toro, el creador del sistema, luego de que éste volviera de Europa después de 30 años fuera de Chile que decide matricularse en abril de ese mismo año en la Primera Escuela Modelo de Biodanza que se abrió en Chile de la mano de su creador y de su esposa directora Claudete Sant’Anna .
Es así que, aprendiendo y participando activamente de la escuela, Domenico Squadrito, su esposo, Ingeniero con vasta experiencia en empresas, conoce también la Biodanza y a Rolando Toro, integrándose a la Escuela y formando ambos una estrecha relación de amistad con Rolando y su esposa.
Ana María completa la Formación el año 2001 y se titula el año 2002, impartiendo clases desde entonces. Posteriormente, en el año 2010 forma junto a su esposo Domenico Squadrito la Escuela de Biodanza de Viña del Mar, siendo nombrados ambos por Rolando Toro directores de la Escuela de Biodanza de Viña del Mar en donde continúan su trabajo hasta el día de hoy.
Esto es lo que dicen nuestros alumnos
La Biodanza ha transformado mi vida… Se aprende no sólo teoría, sino también se vivencia en un espacio cuidado con ecofactores positivos. Feliz de seguir entregando este legado, de manera que podamos recuperar la Alegría de Vivir y Reforzar nuestra Identidad.
-Jacqueline Flores
La escuela de Biodanza de viña del mar se transformó en una matriz de renacimiento!, de la mano de su directora Anita Maria Westwood con su sabio acompañamiento amoroso y dedicado más la expertise de los excepcionales didactas que se hizo acompañar durante mi periodo de formación me dieron el background para resignificar mi historia, sanar mis dolores e iluminar mis potenciales co juntamente con habilitarme para acompañar a otros seres en su propio proceso de renacimiento.
El sistema Biodanza es único, revolucionario y profundamente transformador, siempre seré una eterna agradecida de esta maravillosa tecnología que nos lega su creador Rolando Toro.
-Janina Cardoch V
Mi nombre es Javiera, alumna egresada de la escuela en el año 2021...
Solo tengo palabras de gratitud y profundo amor a mi paso por la escuela.
Anita es una gran maestra que junto a Domenico el director nos traspasó con excelencia, profesionalismo y sobre todo mucha vocación todos los saberes de Rolando Toro.
Me siento afortunada de tener una preparación enriquecida para salir al mundo a seguir expandiendo la Biodanza con gran entusiasmo y vocación. Siempre me sentí en una familia, una tribu que hasta el día de hoy llevo en mi corazón a donde quiera que vaya y continúo participando y siendo parte de esta comunidad que son mis raíces.
-Javiera Carrasco
Como alumno de la Escuela de Biodanza Rolando Toro de Viña del Mar, confieso a mis 67 años que he vivido maravillosas experiencias. Ingresé a mis 62 años preparándome para jubilar. Una formación que me entregaría herramientas, conocimientos y fundamentos para mi quehacer -me había determinado envejecer cantando y bailando-. No sólo los obtuve, más aún, desde el primer día, me sorprendió, cada materia estudiada, la entrega de cada uno de sus didactas y, -la escuela en su conjunto- me acogió, con mucho afecto, sutileza, cuidado y acompañamiento, para el mundo de revelaciones que se empezaron a suceder y las que de seguro, se sucederán. Como alumno sólo puedo agradecer y simplemente agradecer. Muchas gracias escuela.